viernes, 17 de junio de 2011

Una tarea titánica

A veces pienso que los maestros han dejado de pensar que su oficio es tan importante, muy probablemente porque los valoramos poco y les pagamos mal. También porque ahora vivimos en un país urbano, donde hay abundancia de bienes de consumo, de tecnología. A lo mejor creemos que la tarea de transformar al país ya se cumplió.
Hace ya un tiempo al llegar a casa del trabajo me esperaba la señora que trabajaba en casa con cara de preocupación. Tenía en su mano un papel doblado, que me entregó para que hiciera el favor de descifrarlo. Su hijo, unos años mayor que el mío, estudiaba cuarto grado y había recurrido a su mamá por ayuda, ya que no entendía la tarea que le había asignado su maestra. ¡El problema es que ella tampoco!
En la mente de los educadores está la convicción de que la tarea formativa no les es exclusiva, es una responsabilidad que comparten con las familias. Nada podría haber más cierto. Sin embargo, mientras más el sistema educativo formal supone que detrás de cada estudiante hay una familia que apoya, ayuda, explica, más se fortalecen las desigualdades sociales iniciales puesto que los recursos se distribuyen de manera muy desigual entre las familias, y más aún en una sociedad como la venezolana en donde las desigualdades son tan pronunciadas.
La sociología ha probado desde los trabajos de Bourdieu y Bertaux, entre otros, cómo el sistema escolar reproduce las desigualdades de inicio, cómo las diferencias en el capital cultural de las familias se relacionan de forma directa con el rendimiento de los estudiantes en la escuela. Estudios empíricos realizados en diversos países latinoamericanos también ha demostrado que el rendimiento se asocia con más intensidad a factores extraescolares (ingreso, equipamiento del hogar, entre otras) que a las diferencias entre las escuelas. Como conclusión, se enfatiza que mientras más tiempo el niño esté en la escuela, mayor la capacidad del sistema escolar de intervenir  sobre esta estructura de las desigualdades. Añadiría yo: mientras menos responsabilidad sobre el aprendizaje de los niños dejemos a las tareas, es decir, a los padres.
Sé que los educadores pensarían que mi razonamiento es incorrecto, que los padres tienen que ser copartícipes del proceso de enseñanza. ¿Pero cómo hacen los que no saben? Mi sensación es que incluso los maestros que trabajan en los sectores populares parten del supuesto que los papás están en capacidad de ayudar desde la casa… lo cual es verdad, sólo hasta las primeras letras y sumar y restar, que es lo que saben los muchos adultos que no llegaron a completar la educación primaria y hoy son padres.
Creo que ha habido un cambio importante en el ethos de la profesión docente. Me cuesta imaginar a un maestro de los años 40 o 50, aquél que iniciaba la primera escuela de Guasdualito, Acequias o Cantaura, esperando la colaboración de los padres para enseñar a sus estudiantes. Seguramente estaba convencido de que estaba llevando por primera vez el conocimiento al pueblo y se enorgullecía de la transformación nacional que estaba ayudando a crear con su trabajo y dedicación. Esto, por supuesto no lo vi, soy mucho más joven.  Pero es lo que puedo inferir por la gran movilización política que tuvo el gremio docente en sus inicios, por la importancia que logró imponer al proyecto de masificación de la enseñanza que asumieron todos los gobiernos desde 1958. A veces pienso que los maestros han dejado de pensar que su oficio es tan importante, muy probablemente porque los valoramos poco y les pagamos mal. También porque ahora vivimos en un país urbano, donde hay abundancia de bienes de consumo, de tecnología. A lo mejor creemos que la tarea de transformar al país ya se cumplió.
La tarea de Alex consistía en hacer un mapa de Venezuela, señalando los estados y sus capitales. Pero tenía que ser en 3D. Esa tarde corrió su mamá a comprar los materiales. No sé si tendría un libro en casa para apoyarse, porque además ella es colombiana y probablemente tampoco conoce el mapa nacional. Por supuesto estuve atenta y después del día de entrega le pregunté cómo le quedó todo. Me dijo que bien, pero que él estaba triste porque su maqueta no era tan bonita como las de otros niños. Imagino que historias de este tipo seguirían repitiéndose. Y aunque ya ella no trabaja en mi casa, supe que Alex es uno más de los muchos niños que dejaron de estudiar antes de terminar sexto grado.

6 comentarios:

  1. Lisset, me gustó mucho tu artículo.

    Como maestra, definitivamente creo que los padres deben ser copartícipes de la educación. Nuestro reto, en este sentido, es conocer que padres tenemos en el aula. Tenemos que comprender que cada vez más existen diferencias entre las familias, por eso no sólo debemos atender las diferencias individuales en el aula, también tenemos que considerar las de casa y, en función de esto, diseñar estrategias para la coparticipación de los padres en la educación de nuestros niños.

    Un beso

    Jeaneth

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  2. Ciertamente, el tema es cómo lograr que el maestro sea capaz de visualizar la diversidad de sus estudiantes y no suponer que detrás de cada uno hay los mismos recursos, las mismas capacidades. Tremendo reto, sobre todo cuando son salones de muchos niños, como suele ser el caso. Saludos!

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  3. Hola Lissette,

    Creo que no es que los profesores valoran poco su trabajo, sino que la sociedad los valora poco, pagándoles poco. En los años 40 y 50 había todo por hacer, era un país en construcción, lo que incidió en el estatus social que alcanzaron los maestros. Rómulo Betancourt daba clases de literatura en los liceos, sólo para destacar el nivel.
    Sobre la co-participación de los padres, ¿de qué co-participación hablamos? La enseñanza es responsabilidad de la escuela y los profesores, y si no pueden es porque no tienen las condiciones (condiciones del aula, remuneraciones, alumnos por grupo, recursos pedagógicos, etc.). Enseñar, y sobre todo en los primeros años, debe ser una de los trabajos más difíciles que hay. Estoy de acuerdo contigo, la escuela está para intervenir las desigualdades de arrastre.
    Lo veo con mis hijos y sus tareas y es una escuela privada. Mucho trabajo para la casa sin sentido, no están las tareas conectadas unas con otras, un plan de tareas que los profesores no pueden revisar, casi nunca revisan nada, el estudiante no sólo no tiene retroalimentación, sino que le pierde el sentido al trabajo individual, focalizado y sostenido, pues sólo se mejora en la medida en que se insiste sistemáticamente en una habilidad (la lectura por ejemplo). Pienso que debe estar claro que le compete a uno y otro actor. ¿Por qué los profesores se van a hacer cargo de los padres, si apenas pueden con los hijos? y asimismo ¿Por qué una parte del desempeño de los hijos debe recaer en la dedicación -a las tareas- de los padres? Nuestros gobiernos están lejos de tomarse en serio la EDUCACIÓN y de entender el papel trascendental que ésta tiene en el desarrollo humano.
    Hay dos cosas relevantes: i) la educación es una pre-condición para el ejercicio de la ciudadanía, y sin ciudadanía, hoy por lo menos, se reducen considerablemente la probabilidad de tener gobiernos estables y democráticos, aparte de promover el desarrollo del potencial de las personas, "de todas las personas"; ii) nos encontramos en un momento demográfico a favor. La transición demográfica por la que atravesamos está cambiando la estructura por edades, reduciendo el volumen de estudiantes lo que ofrece una ventana de oportunidades que hay que aprovechar, ¿para qué?, para mejorar la calidad. Este es el momento para debatir de educación.
    Aprovecho para compartirte un audio de una conferencia dictada por una experta sueca en educación contratada por el gobierno chileno para investigar los factores que explican el éxito del sistema educacional finlandés, N°1 mundial en las pruebas PISA. Esto en el contexto de una fuerte discusión en Chile sobre la necesidad de reformar la educación. Hoy las principales movilizaciones en Chile tienen como principal motor exigir más calidad en la educación pública, pues las pruebas nacionales que se aplican periódicamente a los niños de primaria y secundaria (2 veces al año y son debatidas públicamente y noticias de los diarios) vienen mostrando una brecha cada vez mayor entre estudiantes provenientes de los colegios públicos vs los que vienen de colegios privados, reflejo de un país con fuertes desigualdades sociales, más allá de los desempeños macroeconómicos que siempre esconden lo que realmente importa. De esta manera la cobertura ya no es tema de discusión, ahora es la calidad. El link de la conferencia es:
    http://www.elmostrador.cl/multimedia/2010/07/13/cep-chile-5-las-claves-del-exito-educacional-finlandes/
    Además, aquí otros portales de educación en el que se difunden investigaciones y discusiones sobre educación en Chile, para los interesados:
    http://www.educarchile.cl/
    http://www.educacion2020.cl/
    Finalmente, deseo invitarte a someter algún artículo o ensayo de reflexión sobre educación en el N° 64 (diciembre de 2011) de Temas de Coyuntura que dedicaremos al análisis de las distintas facetas del problema de la educación.
    Muchos saludos
    Jorge

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  4. Hola Jorge! Muchísimas gracias por ese extenso comentario y los links que añadiste. Tenemos que conversar sobre ese número monográfico de Temas, a ver qué otros autores o artículos estás pensando, y así pensar por dónde puedo encaminar mi trabajo. Saludos!

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  5. Lissette,

    Para entender un poco las demandas de los jóvenes por la calidad de la educación en Chile les comparto este link, con una entrevista -el día de hoy- a la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile Camila Vallejos.

    Saludos

    http://www.emol.com/videos/actualidad/indexSub.asp?id_emol=8357

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  6. Lissette,
    excelente el tema, para mi plantea uno de los primeros problemas de desigualdad en la educación en nuestro país, un problema que un estado que busca el bienestar del "pueblo" debería tener en cuenta donde están soluciones reales.
    Indudablemente, cómo podemos ayudar a nuestras maestras para lograr sus objetivos pero si sobrecargarlas?
    Me encantaría verlo publicado en el Nacional.

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