Hace
unos meses circuló en las redes sociales esta caricatura sobre un par de
estudiantes de sociología. En pocas palabras dice mucho sobre nuestro oficio.
Confieso que cuando escucho a mis estudiantes diciendo cosas como “la
sociología me cambió la vida” u otras por el mismo estilo, me suelo sentir un
tanto hastiada, porque dicho así no parece que el joven en cuestión esté
describiendo sus primeros pasos en una disciplina científica, sino más bien una
suerte de conversión religiosa. Pero mirando el asunto con mayor frialdad, es
cierto que una vez que empiezas a adentrarte en la teoría sociológica no puedes
volver a mirar lo que te rodea con los mismos ojos. La sociología ofrece, sin
duda, una forma de mirar la realidad.
Espacio al margen de la corrección política donde se discute sobre sociología y, por supuesto, sobre la sociedad venezolana.
domingo, 18 de agosto de 2013
martes, 6 de agosto de 2013
SOS
Pasan los días y la cotidianidad se llena con los ajustes
que toca hacer en estos tiempos en los que el colegio de los hijos aumenta 35%,
la comida aumenta 40%, la lista de útiles escolares (sin contar los uniformes,
que eso será cuando se acerque el inicio de clases) es igual a tu quincena y en
medio de este marasmo, tu sueldo solo aumentará 10%. Las estrategias de
adaptación incluyen: sobrevivir más allá de lo prudente con lentes rallados y
vencidos, que el carro pase siete meses sin aire acondicionado, decir adiós a
la señora que cuidaba a tus hijos por las tardes, que el mercado empiece a
tener cada vez menos artículos no indispensables (otro descubrimiento es cuánto
puede variar el concepto de indispensabilidad cuando la plata no alcanza), que no
haya viaje de vacaciones y tampoco plan vacacional.
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