El abuelo con su nieto mayor
Todo empezó la noche del sábado 26 de abril.
Habíamos ido al cine con los niños y pocos minutos después de habernos
separado, mi mamá me llama por teléfono para avisarme que llegó a su casa el
SEBIN con una orden de detención para mi papá y el inmueble está tomado por los
funcionarios, a la espera de una orden de allanamiento. Así, sin más pruebas e
investigaciones, sin presunción de inocencia, solo por el testimonio anónimo de
un patriota cooperante, un señor de 63 años, su esposa, hijas y nietos hemos
cambiado radicalmente nuestras vidas.