Eso lo ha
tenido claro el candidato Henrique Capriles Radonsky y ha enfocado hacia estos
temas su campaña: las necesidades de la gente, los problemas del día a día. Ha
logrado mantener su discurso alejado de asuntos más abstractos como la
democracia, las libertades y derechos individuales, defecto muchas veces
achacado en el pasado a las promesas de los dirigentes de oposición. Sorprende que
sea hoy el chavismo quien ofrece abstracciones: construir el socialismo, acabar
con el capitalismo y la opresión o defender los intereses de pueblo en lugar de
los intereses de burgueses y oligarcas, pueden ser buenos slogans desde la oposición
porque atrapan al inconforme. Pero después de casi 14 años de gobierno, dicen
muy poco a la gente común que no encuentra en estos conceptos la respuesta
frente a la inseguridad, el desempleo o la puerta cerrada en el Barrio Adentro
más cercano a su casa.
Por eso
Henrique Capriles lo enfatiza cada vez que toma un micrófono: escuelas para
todos los niños, salud para todos los venezolanos, crear empleos de calidad
para todos. Y las propuestas son concretas, para cada una de estas áreas y
además son públicas y se pide al ciudadano que envíe sus comentarios, como
pueden ver en este enlace. En
mis primeras incursiones en su página web me preocupaba un poco que se
presentaban más detalles en las propuestas para infraestructura, empleo y
sectores productivos, pero no tanto para el área social. Sin embargo, hoy
colgaron la propuesta educativa por lo que es previsible que también tengamos a
disposición la de salud y seguridad social en los próximos días antes de las
elecciones.
Sin duda,
para la mayor parte de los electores con la información que aparece en esta web
es más que suficiente: se establece con claridad qué problemas debe enfrentarse
en cada área, una visión general de cómo piensan hacerlo y metas concretas,
verificables, para los 6 años de gobierno. Pero a mí me quedan algunas
preguntas que cuelgo aquí, esperando que la discusión sea provechosa para un
nuevo gobierno:
-
¿Si
la educación y la salud son derechos universales garantizados por nuestra Constitución,
qué papel juega o debería jugar el sector privado en la prestación de estos
servicios?
-
¿Cómo
haremos para garantizar los derechos laborales de la población actualmente
ocupada en empleos informales o precarios? Por exitoso que sea un plan de
empleo, no podrá incorporar a cerca de la mitad de la población ocupada en
pocos años.
-
¿Podremos
tener un concepto de seguridad social más amplio, que no sólo incluya las
pensiones de vejez o incapacidad? ¿Cómo proteger a las familias de menores
ingresos frente a contingencias como el desempleo involuntario?
-
¿La
capacitación para el trabajo será solo para los jóvenes que han abandonado el
sistema escolar formal? ¿El sistema educativo debería seguir orientado a
culminar únicamente en la formación universitaria?
-
Por
último, ¿las inequidades que encontramos hoy son producto exclusivamente de la
ineficiencia en los organismos públicos? ¿qué aspectos de su diseño
institucional debemos revisar?
Si los
resultados electorales del 7 de octubre traen como consecuencia un cambio de
gobierno, habrá mucho que preguntarse, mucho que innovar. Tanta desidia
acumulada genera un tremendo reto, debemos asumirlo con entusiasmo, dispuestos
a dar la discusión abierta necesaria para lograr cambios que sean sustentables
y disminuir las probabilidades de que vuelvan estos tiempos de autoritarismo y
estancamiento.
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