jueves, 16 de mayo de 2013

Las herencias que me dejó Antonio Cova


Uno no elige las herencias que le tocan. Mis colegas seguramente pensarán que esto es una perogrullada porque, obviamente, no elegimos nacer hombres o mujeres y lo que eso va a significar en nuestra cultura, no escogemos el nombre que llevaremos toda la vida o el idioma que se convertirá en nuestra principal vía de expresión. Todo eso está allí, nos precede. Y precisamente por ello los sociólogos decimos, siguiendo a Durkheim, que los hechos sociales se nos imponen de forma coercitiva. Pero en estas líneas no intento referirme a esas nociones básicas de sociología general, sino a un tema mucho más personal.

jueves, 2 de mayo de 2013

Llueve en Caracas


1
Comienza a llover en Caracas luego de un verano inclemente. Las chicharras y los mangos anuncian el cambio de estación solo visible con los ojos del que ha crecido en el trópico. Podría ser bonito, sentir el agua limpiando el aire y alejando el calor. Pero las primeras lluvias inundan nuestras calles cotidianas, hasta tenemos oportunidad de conocer lagunas nunca antes vistas en estos primeros aguaceros de 2013. Ese primer día llegamos tarde al trabajo, llegan tarde los niños al colegio; bien porque nuestros carros no pueden atravesar las vías, bien porque el Metrobús salió una hora tarde, pues ese día ningún chofer llegó a trabajar.
2
Las lluvias empezaron un par de semanas después de las elecciones presidenciales. En las casas ya no se oyen los niños cantando “Que llueva, que llueva / la vieja está en la cueva”, sino cohetes y/o cacerolas. Los días transcurren como si lo único que importa es lo que ocurre en televisión: cadenas de radio y TV sucedidas por ruedas de prensa, marchas multitudinarias simultáneas tomando Caracas, acusaciones, explicaciones, análisis en la radio y en ingeniosos artículos de prensa. Mientras tanto, seguirán inundándose las calles, crecerá aun más el número de damnificados y seguirán muriendo cientos de venezolanos cada semana a manos del hampa.
3
Cerramos el mes de abril con el espacio consagrado a la deliberación entre quienes proponen distintas ideas transmutado en campo de batalla. La libertad de pensar, abolida para quienes sostienen públicamente sus dudas –legítimas- ante el resultado de las elecciones. Parece importante centrarse en estos graves acontecimientos. Pero en las calles, la lluvia sigue cayendo. Siguen los apagones y la escasez. La gente sigue muriendo. Y desde esta humilde esquina pienso que solo cuando los verdaderos problemas de la gente sean las principales noticias y los puntos prioritarios del debate, se habrá logrado destrancar el juego político. No para que gane A o B, sino los derechos de todos los venezolanos.